Si tuviera que decidir cuál es la parte del ojo que más me fascina sin dudarlo diría que la córnea. Transparente, elástica, libre de vasos sanguíneos, con una potencia refractiva de unas 40 dioptrías de media, encargada de dejar pasar la luz al interior del ojo, con un grosor aproximado de "medio milímetro", expuesta al mundo y recubierta únicamente por una finísima capa de lágrima.
Si la córnea se deforma la visión empeora.
Si la córnea pierde transparencia la visión empeora.
Si la córnea se llena de vasos sanguíneos la visión empeora.
Si la córnea se hace muy delgada y salen cicatrices, la visión empeora.
Si la estructura de sus capas se deteriora, la visión empeora...
Si la estructura de sus capas se deteriora, la visión empeora...
SI NO SE CUIDA LA CORNEA, LA VISIÓN EMPEORA, en algunos casos la alteraciones que aparecen pueden ser tratadas con éxito por parte de los oftálmologos. Infecciones, procesos inflamatorios, úlceras, extracción de cuerpos extraños, y se consigue que la córnea vuelva a estar sana y con todas sus capacidades al máximo rendimiento. En ocasiones los procesos quirúrgicos también pueden provocar como efecto secundario problemas más o menos serios a nivel corneal.
En otros casos el deterioro de la córnea se debe a procesos de carácter inmune, como son la mayoría de las distrofias corneales. Las alteraciones de la forma de la cornea como el queratocono, queratoglobo, degeneración marginal pelúcida, o las cirugías refractivas corneales también pueden llegar a deteriorar el estado corneal hasta el punto de que la visión sea muy reducida.
Sea por el motivo que sea, si la córnea pierde transparencia, la visión se verá afectada. Si la visión no mejora con compensación óptica, ya sea con gafas o con lentes de contacto, la alternativa que queda es la CIRUGIA de TRASPLANTE DE CORNEA.
En un 90% el trasplante es satisfactorio, en el otro 10% puede empezar un proceso de rechazo del injerto. En estos casos se intenta controlar con medicación, pero si no es posible, la cornea trasplantada perderá transparencia y habrá que plantear si es posible realizar un nuevo trasplante.
En las siguientes imágenes os presento un caso de un trasplante de cornea que funcionó durante 2 años, a partir de entonces la cornea comenzó a perder transparencia y como podréis ver en las imágenes con fluoresceína, el epitelio corneal (la primera capa de la cornea, la superficial) está completamente destrozado ya que desde el limbo corneal (zona donde se producen nuevas células para renovar las viejas) no existe la capacidad de regenerar las células epiteliales. Del mismo modo la córnea ha perdido su transparencia debido a la imposibilidad de la capa endotelial (capa más interna de la cornea) de funcionar correctamente como bomba extractora de agua. Como consecuencia la visión en prácticamente nula y estamos a la espera de una nueva intervención para retirar el injerto y poner uno nuevo.
Los profesionales, tanto óptico-optometristas como oftalmólogos trabajamos con el propósito de evitar en la medida de lo posible llegar a tener que hacer un trasplante de córnea, pero en ocasiones es inevitable como en sucesos accidentales que provocan un deterioro irrecuperable con cualquier otra opción.
En todos los casos de ojos con trasplante de córnea es de vital importancia controlar de forma periódica el estado de dicha córnea para poder detectar algún signo de rechazo lo antes posible.
La mayoría de los trasplantes de córnea, pasado un año aproximadamente desde que se realiza precisan de una corrección visual, en la mayoría de los casos se opta por lentes de contacto. Es aquí donde la responsabilidad de mantener el buen estado de la córnea se comparte entre el óptico-optometrista que realiza la adaptación y el paciente que acepta y entiende la importancia de seguir todas las normas y pautas que le sean dadas para el correcto uso y mantenimiento de las lentes de contacto. Al menos así debe ser, ya que hay mucho en juego!
María de Blas Alonso
OOD
En otros casos el deterioro de la córnea se debe a procesos de carácter inmune, como son la mayoría de las distrofias corneales. Las alteraciones de la forma de la cornea como el queratocono, queratoglobo, degeneración marginal pelúcida, o las cirugías refractivas corneales también pueden llegar a deteriorar el estado corneal hasta el punto de que la visión sea muy reducida.
Sea por el motivo que sea, si la córnea pierde transparencia, la visión se verá afectada. Si la visión no mejora con compensación óptica, ya sea con gafas o con lentes de contacto, la alternativa que queda es la CIRUGIA de TRASPLANTE DE CORNEA.
En un 90% el trasplante es satisfactorio, en el otro 10% puede empezar un proceso de rechazo del injerto. En estos casos se intenta controlar con medicación, pero si no es posible, la cornea trasplantada perderá transparencia y habrá que plantear si es posible realizar un nuevo trasplante.
En las siguientes imágenes os presento un caso de un trasplante de cornea que funcionó durante 2 años, a partir de entonces la cornea comenzó a perder transparencia y como podréis ver en las imágenes con fluoresceína, el epitelio corneal (la primera capa de la cornea, la superficial) está completamente destrozado ya que desde el limbo corneal (zona donde se producen nuevas células para renovar las viejas) no existe la capacidad de regenerar las células epiteliales. Del mismo modo la córnea ha perdido su transparencia debido a la imposibilidad de la capa endotelial (capa más interna de la cornea) de funcionar correctamente como bomba extractora de agua. Como consecuencia la visión en prácticamente nula y estamos a la espera de una nueva intervención para retirar el injerto y poner uno nuevo.
Los profesionales, tanto óptico-optometristas como oftalmólogos trabajamos con el propósito de evitar en la medida de lo posible llegar a tener que hacer un trasplante de córnea, pero en ocasiones es inevitable como en sucesos accidentales que provocan un deterioro irrecuperable con cualquier otra opción.
En todos los casos de ojos con trasplante de córnea es de vital importancia controlar de forma periódica el estado de dicha córnea para poder detectar algún signo de rechazo lo antes posible.
La mayoría de los trasplantes de córnea, pasado un año aproximadamente desde que se realiza precisan de una corrección visual, en la mayoría de los casos se opta por lentes de contacto. Es aquí donde la responsabilidad de mantener el buen estado de la córnea se comparte entre el óptico-optometrista que realiza la adaptación y el paciente que acepta y entiende la importancia de seguir todas las normas y pautas que le sean dadas para el correcto uso y mantenimiento de las lentes de contacto. Al menos así debe ser, ya que hay mucho en juego!
María de Blas Alonso
OOD
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